¿Cómo armar un fondo de emergencia para enfrentar imprevistos financieros?
En Chile, los gastos inesperados pueden golpear fuerte el presupuesto de cualquier familia: una enfermedad, la pérdida del empleo o una reparación urgente del hogar pueden transformarse en deudas difíciles de manejar.
Por eso, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y el Banco Central recomiendan contar con un fondo de emergencia que permita cubrir los costos básicos sin recurrir a créditos de consumo.
El objetivo es simple: disponer de un ahorro que cubra entre tres y seis meses de gastos esenciales, incluyendo vivienda, alimentación, transporte y servicios.
Por ejemplo, si un hogar necesita $800 mil mensuales para vivir, el fondo ideal debiera estar entre $2,4 y $4,8 millones. “Se trata de un colchón que protege frente a eventos inesperados y evita endeudarse a tasas altas”, señalan desde la CMF.
Para reunir ese dinero, los especialistas sugieren separar una cuenta exclusiva, ya sea una cuenta de ahorro tradicional, una vista sin costo o un depósito a plazo de rescate inmediato.
Lo importante es que sea de bajo riesgo y alta liquidez, de modo que el dinero pueda retirarse en cualquier momento sin perder rentabilidad ni pagar multas.
El primer paso es calcular los gastos indispensables y fijar una meta clara con plazo definido.
Automatizar el ahorro, mediante transferencias mensuales, ayuda a cumplir el objetivo sin depender de la voluntad del día a día. Y, una vez que el fondo se use, la recomendación es reponerlo tan pronto como sea posible.
En un país expuesto a desastres naturales, cambios económicos y variaciones en el empleo, contar con este respaldo financiero es una forma concreta de ganar tranquilidad.
Mantenerlo separado de las cuentas de uso diario y revisarlo al menos una vez al año asegura que el fondo de emergencia siga cumpliendo su función: dar estabilidad cuando la vida da un giro inesperado.
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