Niño de 8 años fue asesinado y ocultado en un refrigerador por sus padres y abuela
Un brutal crimen conmociona a Estados Unidos tras revelarse que un niño de 8 años, identificado como Isaiah H., fue asesinado y ocultado dentro de una nevera llena de hielo por sus propios padres y su abuela, en un departamento de Lynwood, California.
De acuerdo con la investigación, la madre del menor, Destiny Harrison (25), su padre, Daniel Monzón (25), y su abuela paterna, Ana Cárcamo Zárceno (45), fueron acusados de asesinato, tortura y abuso infantil con resultado de muerte. Además, Monzón y Cárcamo enfrentan cargos adicionales por encubrimiento posterior al crimen.
El cuerpo del pequeño Isaiah fue encontrado el martes 28 de octubre, luego de que un vecino del edificio llamara a la policía solicitando una verificación de bienestar por sospechas de abandono. Cuando los oficiales ingresaron al departamento, hallaron el cadáver del niño dentro de un contenedor con hielo, en avanzado estado de descomposición.
Según la Fiscalía del Condado de Los Ángeles, Isaiah habría sufrido maltratos prolongados durante un largo periodo, hasta que murió el 24 de octubre a causa de sus lesiones. La causa oficial de muerte aún no ha sido divulgada.
El fiscal Nathan J. Hochman calificó el caso como una tragedia inimaginable: “El abuso que Isaiah soportó es aún más desgarrador considerando que, según se alega, fue a manos de las personas que debían amarlo y protegerlo”.
En el lugar también fueron encontrados tres menores de 16, 13 y 9 meses, quienes fueron retirados del domicilio y puestos bajo la custodia del Departamento de Servicios Infantiles y Familiares del Condado de Los Ángeles.
La supervisora del condado, Janice Hahn, expresó su conmoción por el crimen y pidió apoyo para los otros niños rescatados. “Mi corazón se rompe al pensar lo que los otros menores pudieron haber vivido. Es crucial que nuestras instituciones hagan todo lo posible por mantenerlos seguros y brindarles apoyo”, señaló.
Vecinos del complejo residencial aseguraron a medios locales que la familia “parecía normal”. Comentaron que la madre “solía salir con su perro y saludaba con amabilidad”, sin mostrar señales de violencia o descuido.
Los tres acusados permanecen detenidos, con una fianza fijada en dos millones de dólares cada uno. De ser declarados culpables, podrían enfrentar penas que van desde 32 años de prisión hasta cadena perpetua.
El caso ha causado una fuerte indignación pública en California y reabrió el debate sobre los mecanismos de protección infantil, en un país donde cada año se registran miles de denuncias por abuso y negligencia parental.
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