Los héroes olvidados de la pandemia: la salud mental de los funcionarios de salud, un eslabón olvidado

Año 2020… todavía recuerdo que cuando nos anunciaron los primeros casos en Chile de Covid-19 existía un gran temor, había muchas interrogantes, empezó el país a quedar sin personal de salud que pudiera abastecer la demanda de enfermos, en la televisión en radios en redes sociales éramos héroes, incluso muchos estudiantes de ultimo año empezaron a colaborar en residencias porque había una gran falta de personal.
Muchos héroes de la salud también fallecieron, y los que estaban en pie del cañón a seguir esas interminables jornadas debían tener cuidado máximo porque muchos tenían en sus hogares hijos pequeños, adultos mayores y existía la gran responsabilidad de no llevar la pandemia a nuestros propios hogares.
Pero como buen chileno tenemos memoria a corto plazo, nos olvidamos rápido de las cosas que suceden y de quienes un día dejaron a sus familias, sus horas de sueño, aumentaron sus jornadas laborales por cuidar al país, hoy en día los funcionarios de salud trabajan arduas jornadas con gran carga laboral, con personal reducido y con muchos funcionarios sufriendo silenciosamente el llamado síndrome de Burnout lo cual genera un gran agotamiento físico y emocional.
Existe tanto personal de salud cesante que al final los que se encuentran trabajando o cubriendo un reemplazo prefieren tolerar eso a quedarse desempleado, quizás la mayoría cuando empieza a estudiar una carrera de salud tiene su mochila llena de sueños y esperanzas de cuidar a las personas, ya con un pie dentro de las instituciones esa romanización de las carreras de salud se observa plenamente con una gran frialdad, dureza y falta de empatía entre colegas y con las respectivas jefaturas… duele que una de las áreas más nobles en servicio a nuestro prójimo este llena de cosas tan turbias y ocultas que se esconden por miedo y por la necesidad de alimentar y dar un techo a nuestras familias y que todo termina con el gran eslogan de “somos una familia” y todos deben “ponerse la camiseta por la pega” y con el sarcasmo de “te queremos”, “aquí las cosas son así” o “te adaptas o no eres apta para este ejercer este trabajo”.
Hay jefes que son capaces de destruir tu autoestima profesional para meterse a tal grado en tu mente y dominarte a través de este tipo de violencia psicológica… Hoy me pregunto si realmente la Ley Karin se esta cumpliendo en la práctica o si es simplemente una ley que solo busca tapar el sol con un dedo y que cuando se investigan casos en el año en curso las instituciones siguen emitiendo resoluciones donde niegan daño o perjurio físico y/o mental al colega que denuncia este tipo de abusos y acosos… porque si para algo somos buenos en Chile es para aprovechar los vacíos legales de las leyes y con eso revictimizar una y otra vez a las víctimas.
Por eso, cuidar la salud mental de quienes nos cuidan siempre será una excelente inversión, y así las nuevas generaciones logren cambiar aquello que oculta ser profesional de salud… Hoy los invito a unirnos en una voz que genere el cambio y que mantengamos la fé en que dicho cambio es posible pero solo a través de la acción conjunta.
Siempre con amor y siendo colaborativos por el bienestar de nuestra sociedad.
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