Una gigantesca erupción solar podría golpear la Tierra este viernes

Este martes, astrónomos detectaron una colosal erupción solar en forma de “ala de pájaro” que lanzó enormes cantidades de plasma sobrecalentado a través del hemisferio norte del Sol.
El filamento de material solar, de más de un millón de kilómetros de largo, es decir, más del doble de la distancia entre la Tierra y la Luna, ha generado alerta entre los expertos.
Según el cazador de auroras Jure Atanackov, parte de esta gigantesca erupción podría alcanzar la Tierra este viernes, desencadenando una tormenta geomagnética severa o incluso extrema, la categoría más alta en los sistemas de clasificación oficiales.
Las imágenes capturadas por los satélites de observación solar de la NASA muestran el momento en que estos filamentos, 75 veces más grandes que la Tierra, se desprenden del Sol en forma de dos “alas” gigantes.
Aunque la mayor parte del material fue expulsado por el polo norte del Sol y no impactará directamente nuestro planeta, los astrónomos advierten que es probable que la Tierra reciba un “golpe de refilón” de la tormenta, lo que podría aumentar la posibilidad de ver auroras boreales y provocar interrupciones en equipos eléctricos y sistemas de comunicación.
¿Qué es un filamento solar?
Los filamentos solares son densas cintas de plasma más frío que se mantienen sobre la superficie del Sol por potentes campos magnéticos. Cuando estos campos se vuelven inestables, los filamentos se desprenden en una violenta erupción conocida como eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés). Este fenómeno expulsa grandes cantidades de plasma y campos magnéticos al espacio, y cuando alcanzan la Tierra, desencadenan tormentas geomagnéticas y auroras boreales.
Según explicó Jake Foster, astrónomo del Observatorio Real de Greenwich, “estas erupciones son enormes acumulaciones de partículas solares de alta energía que, al golpear la atmósfera de la Tierra, pueden provocar diversos efectos, como bloqueos temporales en las comunicaciones de radio y navegación satelital en ciertas áreas”. Además, si la tormenta es lo suficientemente intensa, podría sobrecargar infraestructuras eléctricas, dañar redes de alta tensión e incluso provocar incendios eléctricos.
El riesgo para la Tierra
Aunque la probabilidad de una tormenta geomagnética severa es baja, existe un 20% de posibilidades de que la Tierra reciba un golpe significativo, según la física espacial Dr. Tamitha Skov. En su informe meteorológico espacial, señaló que el filamento de plasma que se desprendió del Sol dejó una “cicatriz” visible en su superficie, lo que sugiere que una parte de esa eyección podría estar dirigida hacia nuestro planeta.
De cumplirse esta predicción, las auroras boreales podrían ser visibles incluso en el norte de Escocia, mientras que los sistemas de comunicación y redes eléctricas podrían experimentar fallos temporales. Las partículas cargadas provenientes del Sol son dirigidas hacia los polos por los campos magnéticos de la Tierra, donde interactúan con el oxígeno y el nitrógeno en la atmósfera, produciendo el espectáculo de luces que conocemos como auroras.
¿Cuán peligrosas son las tormentas solares?
Las tormentas solares, o eventos solares, pueden dividirse en cuatro tipos principales que impactan de distintas maneras a nuestro planeta:
- Llamaradas solares: Grandes explosiones en la atmósfera del Sol que lanzan fotones al espacio. Afectan a la Tierra solo si ocurren en el lado del Sol que enfrenta a nuestro planeta.
- Eyecciones de Masa Coronal (CME): Nubes masivas de plasma y campos magnéticos que se lanzan desde el Sol. Si están dirigidas hacia la Tierra, causan tormentas geomagnéticas y alteraciones en las auroras.
- Corrientes de viento solar de alta velocidad: Provenientes de agujeros coronales en el Sol, estas corrientes afectan a la Tierra cuando están cerca del ecuador solar.
- Partículas energéticas solares: Son partículas cargadas de alta energía liberadas durante las eyecciones y las llamaradas solares. Al seguir las líneas del campo magnético, pueden impactar la Tierra.
Si bien los astronautas en órbita baja no están en peligro inmediato, deben tomar precauciones durante caminatas espaciales para evitar una exposición prolongada a estas partículas.
En la Tierra, una tormenta solar extrema podría sobrecargar las redes eléctricas, interrumpir la comunicación por radio y afectar la navegación satelital. En casos graves, el flujo de energía podría dañar transformadores y dejar sin electricidad a regiones enteras del planeta.
La llegada de esta erupción solar podría causar efectos en la atmósfera terrestre a partir de este viernes. Las autoridades meteorológicas y los observatorios espaciales monitorean de cerca la situación para advertir sobre posibles efectos adversos en las redes eléctricas y sistemas de comunicación.
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