Pagan $25 millones a profesor torturado durante dictadura en Portezuelo
La Corte de Apelaciones de Chillán ordenó al fisco indemnizar con $25.000.000 por concepto de daño moral a Osvaldo Segundo Andrés Vergara Escobar, un profesor de enseñanza básica detenido en septiembre de 1973 por militares en la comuna de Portezuelo.
Vergara Escobar fue sometido a interrogatorios bajo tortura y posteriormente relegado a Chudal y Ninhue.
El fallo unánime (causa rol 698-2023) de la Segunda Sala del tribunal de alzada, integrado por el ministro Guillermo Arcos, el fiscal judicial Solón Vigueras y la abogada (i) Paula Cornejo, confirmó la sentencia dictada por el Segundo Juzgado Civil de Chillán.
La resolución establece: “Atendido el mérito de los antecedentes y lo dispuesto en los artículos 186, 227 del Código de Procedimiento Civil, se confirma la sentencia de veinte de septiembre de dos mil veintitrés”.
La sentencia de primera instancia, ahora ratificada, señaló que, dada la naturaleza de los hechos y el contexto nacional en que se produjeron, así como el reconocimiento del Estado de Chile de las violaciones a los derechos humanos ocurridas entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990, las obligaciones asumidas en diversos Instrumentos Internacionales de respetar los derechos humanos y asegurar el acceso de las víctimas a reclamar reparación, entre otros mecanismos a través de la indemnización de los daños, no pueden someterse a las reglas de prescripción establecidas en el Código Civil, siendo ellas imprescriptibles.
El fallo detalló que se tuvieron por establecidos los supuestos fácticos de la demanda, en cuanto el actor, por razones ideológicas de naturaleza política, fue privado de libertad por dos días, luego relegado a Chudal y Ninhue, lugares donde fue perseguido y amedrentado, y en 1977 despedido de su trabajo.
Asimismo, se valoraron los testimonios de los testigos presentados por el actor, considerándolos imparciales y verídicos.
Con base en estos testimonios, se estableció que Osvaldo Vergara Escobar sufrió daño psicológico como consecuencia de la privación de libertad, la posterior persecución y amedrentamiento, además de la separación de su trabajo y los impedimentos para conseguir nuevas labores como profesor.
El tribunal determinó que las secuelas psicológicas y las dificultades laborales sufridas por Vergara Escobar son atribuibles directamente a las violaciones a los derechos humanos de las que fue víctima.