Ayer, la tensión marcó la jornada en Ñuble debido a la protesta de las trabajadoras del programa ProEmpleo, quienes reclamaban el pago de salarios atrasados.
Las manifestantes denunciaron que el delegado presidencial, Anwar Farrán, habría ordenado el uso de la fuerza pública contra ellas.
Beatriz Osorio Oliva, dirigente sindical del programa, expresó su indignación por la respuesta del delegado presidencial a su petición de diálogo, acusándolo de priorizar las apariciones públicas en lugar de atender sus demandas.
Relató que intentó establecer una mesa de diálogo antes de iniciar el paro, sin éxito.
Según Osorio, no solo se les negó la entrada a una reunión, sino que también se amenazó a los empleados de la administración con despidos si apoyaban la causa.
Osorio detalló que los intentos de comunicación con las autoridades fueron ignorados.
La respuesta de la delegación presidencial fue que no estaban disponibles para atenderlas.
La dirigente describió la crítica situación de las trabajadoras sin sueldo, con hijos en la universidad y en colegios, así como compañeras sin servicios básicos ni alimentos.
La líder sindical condenó el uso del carro lanza-aguas, comúnmente conocido como “guanaco”, durante la manifestación, argumentando que no era la respuesta adecuada para mujeres que protestaban pacíficamente.
El resultado de la acción policial fue que muchas manifestantes resultaron mojadas y una fue detenida, lo que llevó a las demás a la comisaría en solidaridad.
A pesar de los obstáculos, Osorio aseguró que la lucha continuaría y que la actitud del gobierno solo fortalecería su resolución.