
La región de Ñuble se encuentra en una situación crítica debido a la escasez hídrica que afecta a 21 de sus comunas, impactando a más de medio millón de habitantes.
Esta crisis es el resultado de una combinación de factores adversos, incluyendo el fenómeno de El Niño, el cambio climático y la disminución significativa de las precipitaciones en la zona.
El Ministerio de Obras Públicas (MOP) y la Dirección General de Aguas (DGA) han declarado la escasez hídrica mediante siete decretos vigentes en 6 regiones del país, incluyendo a Ñuble, donde las provincias de Itata, Punilla y Diguillín son las más afectadas.
Las comunas de Cobquecura, Coelemu, Ninhue, Portezuelo, Quirihue, Ránquil, Trehuaco, Bulnes, Chillán Viejo, Chillán, El Carmen, Pemuco, Pinto, Quillón, San Ignacio, Yungay, Coihueco, Ñiquén, San Carlos, San Fabián y San Nicolás enfrentan una notoria carencia del vital líquido.
Las medidas adoptadas en respuesta a esta crisis buscan reducir al mínimo los efectos negativos de la falta de agua, priorizando el consumo humano, el saneamiento y el uso doméstico de subsistencia.
Entre las acciones permitidas por los decretos se encuentran la redistribución de agua entre los habitantes del sector, la construcción de plantas desaladoras, la instalación de pozos de agua dulce para consumo humano y el tratamiento de aguas servidas para riego.
La situación en Ñuble es especialmente preocupante, considerando que el número de comunas afectadas y la población implicada reflejan la magnitud del desafío que enfrenta la región en términos de gestión de recursos hídricos.
La crisis hídrica subraya la necesidad de una acción coordinada y sostenible que involucre tanto a las autoridades locales como a la comunidad, con el fin de asegurar el acceso al agua y adaptarse a un escenario climático cada vez más desafiante.