Ñuble

Inédita protesta de las alfareras de Quinchamalí

Las alfareras de Quinchamalí alzan su voz en medio de una situación que amenaza la continuidad de su ancestral oficio.

Nayaret Muñoz, representante de este grupo, denuncia la falta de atención y respuesta por parte de las autoridades a sus solicitudes y necesidades.

A pesar de que hay más de 80 alfareras vivas y activas en Quinchamalí, solo 30 continúan trabajando constantemente, debido a los diversos desafíos que enfrentan.

Muñoz recalcó que la Seremi de Cultura no ha dado respuesta a las solicitudes de información relacionadas con el plan de salvaguardia de la alfarería, y existe una preocupación creciente sobre en qué se han gastado los recursos y a quiénes han beneficiado.

La situación se agrava aún más con la compra del predio donde se ubica la Mina de San Vicente por una constructora.

Aunque actualmente se permite a las alfareras extraer la greda, el loteo de los terrenos y su posible venta podría significar el fin del acceso a esta materia prima, poniendo en riesgo la tradición alfarera.

Nayaret Muñoz enfatiza que no se ha cumplido la promesa de salvaguardar la tradición de la alfarería de Quinchamalí, ni su materia prima ni el oficio, y hace un llamado urgente a las autoridades para tomar en serio su trabajo y preservar esta ancestral tradición.

Desde el Gobierno, el delegado presidencial comprometió trabajar en alcanzar acuerdos para poder garantizar a las alfareras el acceso a la materia prima en el sector de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca.

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