El sistema frontal que azotó la Región de Ñuble el pasado fin de semana ha activado un significativo operativo humanitario.
Gabriel Pradenas, delegado presidencial, destacó la complejidad del escenario, señalando que la situación de aislamiento que afecta a diversos sectores de la región, complican la cadena de abastecimiento.
Por este motivo, dijo la autoridad, se han desplegado puentes y rutas aéreas para asegurar la llegada de medicamentos, alimentos y agua a las personas afectadas.
El delegado presidencial hizo hincapié en que las comunidades ribereñas han sido las más afectadas y que la convergencia de los ríos ha aumentado la afluencia en el valle del Itata.
Las comunas de Coelemu y Trehuaco son las más golpeadas en este sentido, seguidas de Cobquecura, Quillón y Ránquil.
A pesar de la difícil situación, hay noticias positivas. Las precipitaciones deberían regularizarse en los próximos días, lo que podría aliviar la situación de las comunidades afectadas.
Además, gracias a la rápida acción de los equipos de rescate, se logró salvar a 42 personas en condición crítica que corrían el riesgo de ser arrastradas por los caudales, dijo el delegado presidencial Gabriel Pradenas.
La emergencia está lejos de haber terminado, pero los esfuerzos conjuntos de las autoridades y los equipos de rescate están haciendo todo lo posible para asegurar la seguridad y el bienestar de la población afectada.
