En condiciones deplorables y explotación laboral fue encontrado un chileno, identificado como Juan Mansilla Alvarado, en una granja porcina en Argentina. Según declaraciones de Christian Blasco, cónsul de Chile en Argentina, Mansilla vivió en un estado paupérrimo, “como un perro en una pocilga”, sin baño ni comodidades básicas.
Desconectado de su familia en Chile por 20 años, Mansilla fue considerado muerto por sus allegados. Según medios locales, Mansilla padece un retraso madurativo. A pesar de su liberación, parecía atado a su antigua vida, preguntando constantemente por su teléfono y mostrando preocupación por el tiempo.
El dueño de la granja y su pareja, ambos de más de 65 años, fueron detenidos tras el allanamiento realizado por la policía argentina. Según Blasco, Mansilla sufrió “una gran cantidad de abusos”, incluyendo dos impactos de bala en la cabeza, evidenciando una situación de Síndrome de Estocolmo.
Luego de la investigación, se logró contactar a los familiares de Mansilla en Chile, quienes desconocían su paradero. Un tío de Mansilla viajó a Argentina y lo trajo de vuelta a Punta Arenas.
Blasco afirmó que Mansilla no está en condiciones de testificar contra los dueños de la granja. La liberación de Mansilla fue parte de una operación contra la trata de personas, impulsada por una denuncia de una inmigrante venezolana sobre las condiciones laborales en la granja. La operación resultó en la liberación de 19 personas trabajando en condiciones inhumanas.
La causa se reactivó recientemente cuando los dueños de la granja fueron arrestados tras intentar contactar a Mansilla para ofrecerle nuevos trabajos.
