El descontento se percibe en Chillán Viejo y Chillán, donde los alcaldes Jorge del Pozo y Camilo Benavente, respectivamente, han expresado su rechazo a la llegada de residuos provenientes de las comunas de Hualpén y Talcahuano al vertedero de Chillán Viejo.
El alcalde del Pozo, en concordancia con su par de Chillán, considera que esta medida es un desacierto, ya que incrementaría el volumen de residuos en el vertedero loca lo que acortará la vida útil del vertedero.
Por su parte, el alcalde Camilo Benavente hizo hincapié en la importancia de este problema y aseguró que el tema está siendo tratado por la Asociación Chilena de Municipios.
El jefe comunal de Chillán hizo un llamado a las autoridades de Gobierno y legisladores para que se sumen a la causa y se pueda llegar a una solución conjunta que beneficie a todos los involucrados.
Asimismo, Benavente planteó que el Gobierno debiese determinar vía Ley el carácter regional de los vertederos, para impedir que la basura de otras localidades como Maule o Biobío llegue a Ñuble.
Finalmente, el delegado presidencial, Gabriel Pradenas aseguró que si bien se trata de un negocio entre privados, es necesaria la intervención de los organismos sanitarios competentes.
De esta forma, la Superintendencia del Medio Ambiente, debiese pronunciarse respecto a la modificación de la vida útil del vertedero, programada hasta 2034.
El vertedero de Chillán Viejo tiene programada su máxima capacidad para 2034, pero la llegada de residuos de otras comunas podría acortar este plazo, generando un problema ambiental de gran magnitud en la región.
Es por esto que los alcaldes instan a las autoridades pertinentes a tomar cartas en el asunto.
Los alcaldes del Pozo y Benavente esperan que con el apoyo de la Asociación Chilena de Municipios, del Gobierno y de los legisladores, se logre frenar la llegada de más residuos al vertedero de Chillán Viejo.
